11 diciembre, 2011

Técnica de cultivo del odio casero

No vale una promesa, no vale la actitud porque las dosis de odio son diarias, constantes e inacabables.

El odio se cultiva todas las mañanas al no dar los buenos días, se le agrega una cucharada sopera de "hago como que no estas" y dos tazas de desprecio.

Se pone a macerar unas horas pero antes solo unas gotas de "ya me voy" o "ahorita regreso", las dos duelen igual.

En este momento el odio ya se impregnó con todo su sabor y la incertidumbre de los primeros ingredientes, muy importantes ingredientes. El silencio lo terminará de esponjar, tal como lo hace la levadura a la harina de trigo y el reposo.

Deja que pasen 6, 8 y hasta 10 horas de mas silencio, será el mejor odio que hayas probado en mucho tiempo.

Una vez cumplido este tiempo, y cuando el productor de odio haga a un lado el silencio y con su presencia y diga ya estoy aqui. Es cuando debes probarlo, ver si ya esta terminado de cocer.

Lo más seguro es que este en su punto.

Con una taza de te, serà menos amargo.

Se agradece la ayuda de una mano amiga que te permita un laaargo momento de tranquilidad para repasar la receta y dejarla escrita.

Algun día, en algun momento se podrá modificar. Hasta el odio bien cocinado es perfectible.
Su sabor, con él aqui, no se sabe si es digerible o no.